INGREDIENTES
- 500 g de harina de trigo
- 100 g de azúcar
- 3 huevos
- 100 ml de aceite de oliva (o de girasol, si prefieres un sabor más suave)
- 1 sobre de levadura química (polvo de hornear)
- 1 cucharadita de anís en grano o esencia de anís (opcional, pero tradicional)
- Ralladura de un limón
- Una pizca de sal
- Azúcar glas para espolvorear (opcional)
INSTRUCCIONES
- Precalentar el horno: Comienza por precalentar el horno a 180°C (350°F) para que esté listo cuando termines de preparar la masa.
- Mezcla los ingredientes líquidos: En un bol grande, bate los huevos con el azúcar hasta que la mezcla se vuelva espumosa y ligeramente blanquecina. Añade el aceite, la ralladura de limón y, si te gusta el toque tradicional, incorpora la esencia de anís o los granos de anís.
- Añadir los ingredientes secos: Tamiza la harina junto con la levadura y una pizca de sal, y agrégalo poco a poco a la mezcla anterior.
Remueve con una espátula o tus manos hasta obtener una masa homogénea y suave. Si está muy pegajosa, puedes añadir un poco más de harina.
- Formar las rosquillas: Toma pequeñas porciones de masa y forma bolitas. Luego, con el dedo, haz un agujero en el centro de cada bolita para formar la tradicional forma de rosquilla. Si prefieres, puedes hacer las rosquillas más grandes o pequeñas, según tu gusto.
- Hornear: Coloca las rosquillas en una bandeja de horno forrada con papel de hornear, dejando espacio entre ellas. Hornea durante unos 15-20 minutos, o hasta que estén doradas. El tiempo puede variar dependiendo de tu horno, así que es recomendable vigilarlas de cerca para evitar que se quemen.
- Espolvorear azúcar glas (opcional): Una vez horneadas y enfriadas, espolvorea un poco de azúcar glas por encima para darles un toque dulce y decorativo
Consejos
Variaciones: Algunas recetas incluyen un poco de vino blanco o leche en la masa para darle un toque diferente. Otras versiones incorporan un glaseado de azúcar o incluso un toque de canela para aromatizar la masa.
Presentación: Las rosquillas de Semana Santa se suelen servir como un postre o merienda, acompañadas de una taza de café, té o incluso chocolate caliente. Son perfectas para compartir con familiares y amigos durante los días festivos.