"Sweet D", como era conocido, dejó una huella imborrable en la franquicia de los Suns y en los corazones de los aficionados. Su ingreso al Salón de la Fama consolida su legado como uno de los más grandes jugadores en la historia del equipo.

Davis, un anotador prolífico, jugó para los Suns de 1977 a 1988. Durante ese tiempo, se convirtió en el segundo jugador con más partidos jugados en la historia de la franquicia, solo por detrás de Alvan Adams. Su impacto en el equipo fue inmediato, ganando el premio al Novato del Año en la temporada 1977-78 con un promedio de 25 puntos, 8.5 rebotes y 4 asistencias por partido.

Su número 6, que cuelga en el Ring of Honor de los Suns, representa su liderazgo y dominio en la cancha. Davis es el máximo anotador en la historia de los Sus con 15,666 puntos, además de liderar la franquicia en tiros de campo convertidos. Su nombre también figura entre los líderes históricos del equipo en robos y asistencias, ubicándose tercero y cuarto respectivamente.

La inducción de Davis al Salón de la Fama es un testimonio de su excepcional talento y su impacto duradero en el baloncesto. Es un orgullo para la ciudad de Phoenix y una inspiración para las futuras generaciones de jugadores. Su legado como un "Sweet D"vivirá por siempre.